2.3 Diseņo de tareas / proyectos reales

La innovación de la docencia debe orientarse hacia el logro de mejores aprendizajes por parte los estudiantes. Según la literatura especializada, ellos aprenden mejor cuando:

Perciben que los saberes y habilidades que adquieren mediante la ejecución de ciertas actividades son aplicables a su entorno real.

Pueden identificar la utilidad y el impacto que tiene aquello que aprenden, conocen o producen.

Su aprendizaje resulta significativo, es decir, cuando los nuevos saberes pueden vincularse con aquello que conocen previamente. En este momento, el conocimiento adquiere un sentido diferente ya que puede ser utilizado y transferido ya sea para enfrentar o interpretar una nueva situación o bien para solucionar una determinada problemática.


Las tareas de aprendizaje son representaciones o simplificaciones de tareas auténticas de la vida real que los profesionales llevan a cabo para cumplir con su función. Por un lado, unen el aprendizaje de los estudiantes con el campo del ejercicio profesional y por otro, favorecen el desarrollo de habilidades de orden superior como la toma de decisiones, la resolución de problemas, el planteamiento estratégico y creativo de propuestas, etc.

Las anteriores consideraciones desembocan en la idea de que tal como afirma Sañudo (2009:9), "el conocimiento es producido en situación", es decir, el aprendizaje debe fomentarse mediante la ejecución de actividades vinculadas a contextos dinámicos de aplicación. El profesor, ante este condicionante, se ve motivado a diseñar tareas cuya ejecución implique por parte del estudiante, la integración de conocimientos, habilidades, actitudes y destrezas para la resolución de un problema o situación en contexto real o simulado vinculado al campo profesional y de la disciplina en cuestión. La realización de dichas tareas no supone la comprensión o apropiación de conocimientos por un lado, y la aplicación o desarrollo de habilidades por otro, sino la integración de todo ello para la realización de un proyecto integrador, de un producto de aprendizaje, de una propuesta, resolver casos, etc.

La realización de tareas no se restringen a "estudiar, conocer algo o aprender un material determinado", sino que promueven la construcción de nuevos esquemas y de conocimiento aplicable a un contexto o situación real, por lo que implican un reto para el estudiante (ejecutarlas) y para el docente (diseñarlas, apoyar en su ejecución, retroalimentar).

El docente podrá incluir tantos apoyos se requieran para que el estudiante resuelva gradualmente las tareas de distinto nivel de dificultad. Conforme el estudiante adquiera cierto nivel de dominio en la ejecución de dichas tareas, el docente podrá ir retirando gradualmente los apoyos brindados. De esta manera, el estudiante se va preparando para resolver los principales y más importantes problemas y situaciones que enfrentará en su desempeño profesional.

Algunos ejemplos de tareas son: aplicación de modelos, interpretación de datos, análisis de errores, la construcción de argumentos, el análisis de perspectivas, la definición y realización de investigaciones, la resolución de problemas, la indagación experimental, etc.

Es recomendable que para incluir las tareas/proyectos en el diseño de la enseñanza:

Se trate de tareas creativas

Fomenten el aprendizaje colaborativo

Sean estimulantes y presenten un desafío o reto para el estudiante

No sean repetitivas

Se busque el logro de la autogestión del estudiante

Se vinculen con indicadores y criterios de desempeño y para el registro de avances y logros o progresos en el aprendizaje.



Referencias

Sañudo, Perales y Vergara. (2009). Pertinencia y calidad de la investigación educativa. Uso e incidencia, REDMIIE, Jornada de análisis, UNACH, TGZ, Chiapas 19 y 20 de enero, documento interno, pp. 21.


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