2.7 Aplicación de la investigación - acción para la innovación de la práctica docente

El método de la investigación-acción es un ejercicio sistematizado, sistemático y continuo de análisis y valoración de la práctica docente. Supone la intención de una mejora continua que implica la documentación y testimonio del trabajo realizado que trasciende a la simple colección de anécdotas, por lo que resulta idóneo para analizar y evaluar los resultados de la innovación de la docencia. Ha sido adoptado en el campo de la educación para procesos como el desarrollo del currículo, la mejora de los programas, la planeación educativa y particularmente, la transformación de la docencia.

En el proyecto Aula, se ha propuesto la metodología de investigación-acción como una guía para que los profesores, cuenten con apoyos que les permitan reflexionar de manera analítica y profunda sobre su quehacer docente y los cambios que incorporan de forma cotidiana. Esta metodología es definida por Lewin (citado por Kember, 1992), como un proceso de investigación orientado al cambio social, caracterizado por una activa y democrática participación en la toma de decisiones.

Por otra parte, la investigación-acción, "además de ser la operación que permite recuperar, hacer consciente, evaluar y transformar la práctica, permite pasar de la transformación de la práctica en un plano puramente personal, a la posibilidad de hacer investigación... que oriente la acción educativa" (Sañudo,2005).

Por ello se afirma que esta metodología de investigación es eminentemente práctica y permite incorporar innovaciones en la enseñanza de manera visible e inmediata. Es recomendable que los académicos, al aplicar esta metodología procuren llevar a cabo una observación sistemática y controlada de la experiencia. Sin embargo, es necesario puntualizar que además de los planteamientos técnicos, metodológicos y teóricos para el diseño de la innovación y su seguimiento, lo más importante es que los docentes vayan construyendo un proceso de reflexión y cambio en la acción tomando en cuenta el entorno y contexto particular en el que trabaja. El ejercicio de la investigación en la acción supone por parte de los profesores un involucramiento comprometido y un trabajo sistemático e intencionado que en un principio implica un esfuerzo considerable, pero que gradualmente se convierte en un hábito de mejora continua.

La investigación-acción debe aplicarse durante el curso que el profesor imparta. Es por lo tanto necesario que desde la planeación y diseño de su experiencia educativa, establezca los mecanismos ideales para dar seguimiento a aquello que ocurra durante el curso, así como el impacto que origine las innovaciones que haya incorporado en su práctica.

Cuando el docente trabaje con esta metodología pueden seguir los siguientes pasos:

Aplicar los cambios o modificaciones definidas en el diseño instruccional y/o incorporar las innovaciones propuestas.

Diseñar el método e instrumentos de observación y colección de evidencias del resultado o impacto del cambio.

Documentar la experiencia con base en evidencias y describir las situaciones o problemas que requieren mejorarse o resolverse.

Reflexionar y analizar de forma crítica lo sucedido, contrastarlo y complementarlo con información documental o con las experiencias y perspectivas de pares académicos.

Proponer cambios y documentarlos para su posterior seguimiento.

Iniciar nuevamente el proceso: se aplican los cambios y se evalúa lo realizado para proponer mejoras.



Referencias

Kember, D. (2000). Action Learning and Action Research, Improving the Quality of Teaching and Learning. London: Kogan Page.

Sañudo, L. (2005). La formación permanente del profesorado a través de la investigación reflexiva de su práctica. En Revista Electrónica Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación. Vol. 3, No. 1 Disponible en http://www.ice.deusto.es/rinace/reice/vol3n1_e/Sanudo.pdf


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